Mis semejantes ocupan los abismos
de los escritorios
y el borde de las grietas del sistema.
Los días de la semana uno a uno.
Golpecitos y abrazos.
No nos saludamos en los buses.
Ellos
al igual que sus esposas y sus niños
forman parte del mundo
pero me creen
que mueven un dedo para algo?
Se entierran
en ustedes.
Mis semejantes tan musicales y mundanos.
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