Es bien sabido que el circulo representa la protección mágica tradicional, y es también el conocimiento mantenido en secreto.
L.N. p. 106
martes, 30 de abril de 2013
lunes, 29 de abril de 2013
Desplazado
Ardo en el infierno
Hay parte de mí que no encaja en ningún lugar
Mientras otra gente encuentra cosas
Que hacer
Con su tiempo
Sitios adonde ir
Unos con otros
Cosas que decirse
Unos a otros.
Yo
Ardo en el infierno
En algún lugar al norte de México.
Aquí no crecen flores.
No soy como
Los demás.
Los demás son como
Los demás.
Todos son iguales:
Toman parte
Se agrupan
Se arraciman
Se les ve
Risueños y satisfechos
Y yo
Ardo en el infierno.
Mi corazón tiene un millar de años.
No soy como
los demás.
Moriría en sus merenderos
Ahogado por sus banderas
Aporreado por sus canciones
Aborrecido por sus soldados
Corneado por su sentido del humor
Asesinado por su inquietud.
No soy como
Los demás.
Ardo
En el infierno.
El infierno que
Yo mismo soy.
Charles Bukowski
Hay parte de mí que no encaja en ningún lugar
Mientras otra gente encuentra cosas
Que hacer
Con su tiempo
Sitios adonde ir
Unos con otros
Cosas que decirse
Unos a otros.
Yo
Ardo en el infierno
En algún lugar al norte de México.
Aquí no crecen flores.
No soy como
Los demás.
Los demás son como
Los demás.
Todos son iguales:
Toman parte
Se agrupan
Se arraciman
Se les ve
Risueños y satisfechos
Y yo
Ardo en el infierno.
Mi corazón tiene un millar de años.
No soy como
los demás.
Moriría en sus merenderos
Ahogado por sus banderas
Aporreado por sus canciones
Aborrecido por sus soldados
Corneado por su sentido del humor
Asesinado por su inquietud.
No soy como
Los demás.
Ardo
En el infierno.
El infierno que
Yo mismo soy.
Charles Bukowski
EL REY DE HIERRO Fragmento
"No dejes que nadie gobierno vuestra mente, ni vuestro cuerpo y emplead especial atención para no poner limites a vuestras ideas por que se puede ser un hombre libre a pesar de sufrir ataduras mas fuertes que las de un esclavo, escuchad a los hombres pero no entreguéis a ellos ni tu cuerpo ni tu alma, sed respetuosos con los que ostentan el poder pero no los sigáis ciegamente juzgad con razón y lógica Pero no hagáis comentarios, no consideréis a nadie superior a vosotros, al margen del rango o posición que ocupen en la vida tratad a todos con justicia por que sino trataran de vengarse de vosotros, cuidad vuestro dinero, en cuanto a cuestiones del amor sed sinceros, pues el arma mas poderosa es abrir un corazón o ganar su perdón."
La Epopeya de Gilgamesh o el Poema de Gilgamesh es una narración de la Mesopotamia de origen sumerio, considerada como la narración escrita más antigua de la historia.
El poema trata sobre las aventuras del rey Gilgamesh, también conocido como Istubar, y su amigo Enkidu. Las aventuras para matar al gigante Humbaba, el descenso a los infiernos y la relación entre dioses, semidioses (como el propio Gilgamesh) y mortales le dan un claro origen prehelenístico. El núcleo sentimental se encuentra en el duelo tras la muerte de Enkidu. Los críticos consideran que es la primera obra literaria que hace énfasis en la mortalidad e inmortalidad.
De las doce tablillas sobre Gilgamesh, once conforman el poema, probablemente escrito hacia la primera mitad del II milenio a. C. y la última representa una narración de origen independiente, sobre el mismo rey, más reciente que las anteriores, hacia el final del I milenio a. C.
“Novio mío, próximo a mi corazón, grandiosa es tu belleza. Me has cautivado, déjame presentarme temblorosa ante ti. Novio mío, seré llevada al dormitorio. Novio mío, has obtenido placer de mí. Cuéntale a mi madre, que te dará delicias; también a mi padre, que te dará obsequios.”
ESTAMBUL (The New York Times).- Esta antigua tabla sumeria, que fue desenterrada a fines de la década de 1880, en Nippur (la región que hoy ocupa Irak),de una persona enamorada de hace más de 4000 años.
LA NOCHE Y EL LOCO
LA NOCHE Y EL LOCO
Soy como tú, ¡oh Noche!, oscuro y desnudo; camino por la flameante senda que está por encima de
mis sueños diurnos, y siempre que mi planta toca la tierra brota de ella un roble.
-No; no eres como yo, ¡oh Loco!, pues aún te vuelves a ver cuán grande es la huella de tus pasos en
la arena.
-Soy como tú, ¡oh Noche!, silente y profundo, y en el corazón de mi soledad yace una diosa en
trabajo de parto; y en el ser que de ella está naciendo el Cielo toca al infierno.
-No; no eres como yo, ¡oh Loco!, pues te estremeces aún antes de sentir el dolor, y el canto del
abismo te aterroriza.
-Soy como tú, ¡oh Noche!, salvaje y terrible; pues mis oídos perciben los gritos de naciones
conquistadas y suspiros de olvidadas tierras.
-No; no eres como yo, ¡oh Loco!, pues aún consideras a tu pequeño ego un compañero, y no puedes
ser amigo de tu monstruoso ego.
-Soy como tú, ¡oh Noche!, cruel y terrible, pues mi pecho está alumbrado por barcos que arden en el
mar, y mis labios están húmedos de sangre de guerreros degollados.
-No; no eres como yo, ¡oh Loco!, pues aún está en tí el anhelo de encontrar a tu alma gemela, y no has
llegado a ser ley para ti mismo.
-Soy como tú, ¡oh Noche!, gozoso y alegre; pues quien mora en mi sombra está ahora ebrio de vino
virgen, y quien me sigue va pecando con regocijo.
-No; no eres como yo, ¡oh Loco!, pues tu alma está envuelta en el velo de los siete pliegues, y no llevas
en la mano el corazón.
-Soy como tú, ¡oh Noche!, paciente y apasionado; pues en mi pecho están enterrados mil amantes
muertos, envueltos en sudarios de marchitos besos.
Loco, ¿de veras piensas que eres como yo? ¿Te pareces a mí? ¿Puedes cabalgar en la tempestad como un
potro salvaje, y asir el relámpago cual si fuera una espada?
-Sí; como tú, ¡oh Noche!, como tú, soy poderoso y alto, y mi trono se asienta sobre montañas de dioses
caídos; y también ante mí desfilan los días para besar la orla de mi veste, sin atreverse a mirarme al rostro.
-¿Piensas que eres como yo, tú, el hijo de mi más oscuro corazón? ¿Puedes pensar mis indómitos
pensamientos y hablar mi vasto lenguaje?
-Sí; somos hermanos gemelos, ¡oh Noche!; pues tú revelas el espacio, y yo revelo mi alma.
AMIGO MIO
Amigo mío... yo no soy lo que parezco. Mi aspecto exterior no es sino un traje que llevo puesto; un traje
hecho cuidadosamente, que me protege de tus preguntas, y a ti, de mi negligencia.
El "yo" que hay en mí, amigo mío, mora en la casa del silencio, y allí permanecerá para siempre,
inadvertido, inabordable.
No quisiera que creyeras en lo que digo ni que confiaras en lo que hago, pues mis palabras no son otra
cosa que tus propios pensamientos, hechos sonido, y mis hechos son tus propias esperanzas en acción.
Cuando dices: "El viento sopla hacia el oriente", digo: "Sí, siempre sopla hacia el oriente"; pues no
quiero que sepas entonces que mi mente no mora en el viento, sino en el mar.
No puedes comprender mis navegantes pensamientos, ni me interesa que los comprendas. Prefiero estar a
solas en el mar.
Cuando es de día para tí, amigo mío, es de noche para mí; sin embargo, todavía entonces hablo de la luz
del día que danza en las montañas, y de la sombra purpúrea que se abre paso por el valle; pues no puedes
oír las canciones de mi oscuridad, ni puedes ver mis alas que se agitan contra las estrellas, y no me interesa
que oigas ni que veas lo que pasa en mí; prefiero estar a solas con la noche.
Cuando tú subes a tu Cielo yo desciendo a mi infierno. Y aún entonces me llamas a través del golfo
infranqueable que nos separa: " ¡Compañero! ¡Camarada!" Y te contesto:
" ¡Compañero!¡Camarada!, porque no quiero que veas mi Infierno. Las llamas te cegarían, y el humo te
ahogaría. Y me gusta mi Infierno; lo amo al grado de no dejar que lo visites. Prefiero estar solo en mi
Infierno.
Tu amas la Verdad, la Belleza y lo Justo, y yo, por complacerte, digo que está bien, y simulo amar estas
cosas. Pero en el fondo de mi corazón me río de tu amor por estas entidades. Sin embargo, no te dejo ver mi
risa: prefiero reír a solas.
Amigo mío, eres bueno, discreto y sensato; es más: eres perfecto. Y yo, a mi vez, hablo contigo con
sensatez y discreción, pero... estoy loco. Sólo que enmascaro mi locura. Prefiero estar loco, a solas.
Amigo mío, tú no eres mi amigo. Pero, ¿cómo hacer que lo comprendas? Mi senda no es tu senda y,
sin embargo, caminamos juntos, tomados de la mano.
hecho cuidadosamente, que me protege de tus preguntas, y a ti, de mi negligencia.
El "yo" que hay en mí, amigo mío, mora en la casa del silencio, y allí permanecerá para siempre,
inadvertido, inabordable.
No quisiera que creyeras en lo que digo ni que confiaras en lo que hago, pues mis palabras no son otra
cosa que tus propios pensamientos, hechos sonido, y mis hechos son tus propias esperanzas en acción.
Cuando dices: "El viento sopla hacia el oriente", digo: "Sí, siempre sopla hacia el oriente"; pues no
quiero que sepas entonces que mi mente no mora en el viento, sino en el mar.
No puedes comprender mis navegantes pensamientos, ni me interesa que los comprendas. Prefiero estar a
solas en el mar.
Cuando es de día para tí, amigo mío, es de noche para mí; sin embargo, todavía entonces hablo de la luz
del día que danza en las montañas, y de la sombra purpúrea que se abre paso por el valle; pues no puedes
oír las canciones de mi oscuridad, ni puedes ver mis alas que se agitan contra las estrellas, y no me interesa
que oigas ni que veas lo que pasa en mí; prefiero estar a solas con la noche.
Cuando tú subes a tu Cielo yo desciendo a mi infierno. Y aún entonces me llamas a través del golfo
infranqueable que nos separa: " ¡Compañero! ¡Camarada!" Y te contesto:
" ¡Compañero!¡Camarada!, porque no quiero que veas mi Infierno. Las llamas te cegarían, y el humo te
ahogaría. Y me gusta mi Infierno; lo amo al grado de no dejar que lo visites. Prefiero estar solo en mi
Infierno.
Tu amas la Verdad, la Belleza y lo Justo, y yo, por complacerte, digo que está bien, y simulo amar estas
cosas. Pero en el fondo de mi corazón me río de tu amor por estas entidades. Sin embargo, no te dejo ver mi
risa: prefiero reír a solas.
Amigo mío, eres bueno, discreto y sensato; es más: eres perfecto. Y yo, a mi vez, hablo contigo con
sensatez y discreción, pero... estoy loco. Sólo que enmascaro mi locura. Prefiero estar loco, a solas.
Amigo mío, tú no eres mi amigo. Pero, ¿cómo hacer que lo comprendas? Mi senda no es tu senda y,
sin embargo, caminamos juntos, tomados de la mano.
domingo, 28 de abril de 2013
EL PLACER NUEVO
Anoche invente un nuevo placer, y me disponía a probarlo por primera vez cuando un ángel y un demonio llagaron presurosos a mi casa. Ambos se encontraron en mi puerta y disputaron acerca de mi placer recen creado; uno de los dos gritaba: "¡Es un pecado!" Y el otro. en igual tono aseguraba:"¡es una virtud!"
Poema # 20
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
¡ hace ya tiempo¡ te creí tan distante,
tan perdida en el hondo sendero del olvido,
y ha bastado esta noche tranquila e inquietante,
y han bastado este aroma en el aire dormido,
y estas sombras profundas y este vago claror
de luna en creciente, para que yo te tienda
mi alma a través de todo.
porque olvide tus besos, tengo sed de tu boca,
porque olvide tu acento, tengo ansias de tu voz,
porque olvide tu alma, mi alma ahora te evoca
al pie de la montaña, bajo el cielo de dios.
dame tu mano, dame también tus labios,
y seguir por el vago camino, poco a poco caminar,
roces, palabras, besos. te creo tan distante pero
en la oscuridad de la noche, viene el deseo,
el pensamiento fulgurante de sentirnos de nuevo
de volvernos a hallar.
sábado, 27 de abril de 2013
Si dice que es mia ...
Si es mía porque se entrega a otro, si dice que me quiere porque no me toma, cuando escribe te voy amar por siempre, que es lo que dice, que va a estar a mi lado siempre sin importar nada o sera ese amor que se pierde en el tiempo y queda en el recuerdo, cuando veo tus ojos y te robo un beso, porque es un robo si tus labios me pertenecen, porque si cuando caminamos nos aferramos de las manos te vas a dormir en sus brazos porque sera que ella no me quiere a su lado.
viernes, 26 de abril de 2013
The Raven
Once upon a midnight dreary, while I pondered, weak and weary,
Over many a quaint and curious volume of forgotten lore —
While I nodded, nearly napping, suddenly there came a tapping,
As of some one gently rapping, rapping at my chamber door.
"'Tis some visiter," I muttered, "tapping at my chamber door —
Only this and nothing more."
[hide]
Ah, distinctly I remember it was in the bleak December;
And each separate dying ember wrought its ghost upon the floor.
Eagerly I wished the morrow; – vainly I had sought to borrow
From my books surcease of sorrow – sorrow for the lost Lenore —
For the rare and radiant maiden whom the angels name Lenore —
Nameless here for evermore.
And the silken, sad, uncertain rustling of each purple curtain
Thrilled me – filled me with fantastic terrors never felt before;
So that now, to still the beating of my heart, I stood repeating
"'Tis some visiter entreating entrance at my chamber door —
Some late visiter entreating entrance at my chamber door; —
This it is and nothing more."
Presently my soul grew stronger; hesitating then no longer,
"Sir," said I, "or Madam, truly your forgiveness I implore;
But the fact is I was napping, and so gently you came rapping,
And so faintly you came tapping, tapping at my chamber door,
That I scarce was sure I heard you" – here I opened wide the door; ——
Darkness there and nothing more.
Deep into that darkness peering, long I stood there wondering, fearing,
Doubting, dreaming dreams no mortal ever dared to dream before;
But the silence was unbroken, and the stillness gave no token,
And the only word there spoken was the whispered word, "Lenore?"
This I whispered, and an echo murmured back the word, "Lenore!" —
Merely this and nothing more.
Back into the chamber turning, all my soul within me burning,
Soon again I heard a tapping somewhat louder than before.
"Surely," said I, "surely that is something at my window lattice;
Let me see, then, what thereat is, and this mystery explore —
Let my heart be still a moment and this mystery explore;—
'Tis the wind and nothing more!"
Open here I flung the shutter, when, with many a flirt and flutter,
In there stepped a stately Raven of the saintly days of yore;
Not the least obeisance made he; not a minute stopped or stayed he;
But, with mien of lord or lady, perched above my chamber door —
Perched upon a bust of Pallas just above my chamber door —
Perched, and sat, and nothing more.
Then this ebony bird beguiling my sad fancy into smiling,
By the grave and stern decorum of the countenance it wore,
"Though thy crest be shorn and shaven, thou," I said, "art sure no craven,
Ghastly grim and ancient Raven wandering from the Nightly shore —
Tell me what thy lordly name is on the Night's Plutonian shore!"
Quoth the Raven "Nevermore."
Much I marvelled this ungainly fowl to hear discourse so plainly,
Though its answer little meaning – little relevancy bore;
For we cannot help agreeing that no living human being
Ever yet was blessed with seeing bird above his chamber door —
Bird or beast upon the sculptured bust above his chamber door,
With such name as "Nevermore."
But the Raven, sitting lonely on the placid bust, spoke only
That one word, as if his soul in that one word he did outpour.
Nothing farther then he uttered – not a feather then he fluttered —
Till I scarcely more than muttered "Other friends have flown before —
On the morrow he will leave me, as my Hopes have flown before."
Then the bird said "Nevermore."
Startled at the stillness broken by reply so aptly spoken,
"Doubtless," said I, "what it utters is its only stock and store
Caught from some unhappy master whom unmerciful Disaster
Followed fast and followed faster till his songs one burden bore —
Till the dirges of his Hope that melancholy burden bore
Of 'Never – nevermore'."
But the Raven still beguiling my sad fancy into smiling,
Straight I wheeled a cushioned seat in front of bird, and bust and door;
Then, upon the velvet sinking, I betook myself to linking
Fancy unto fancy, thinking what this ominous bird of yore —
What this grim, ungainly, ghastly, gaunt, and ominous bird of yore
Meant in croaking "Nevermore."
This I sat engaged in guessing, but no syllable expressing
To the fowl whose fiery eyes now burned into my bosom's core;
This and more I sat divining, with my head at ease reclining
On the cushion's velvet lining that the lamp-light gloated o'er,
But whose velvet-violet lining with the lamp-light gloating o'er,
She shall press, ah, nevermore!
Then, methought, the air grew denser, perfumed from an unseen censer
Swung by seraphim whose foot-falls tinkled on the tufted floor.
"Wretch," I cried, "thy God hath lent thee – by these angels he hath sent thee
Respite – respite and nepenthe, from thy memories of Lenore;
Quaff, oh quaff this kind nepenthe and forget this lost Lenore!"
Quoth the Raven "Nevermore."
"Prophet!" said I, "thing of evil! – prophet still, if bird or devil! —
Whether Tempter sent, or whether tempest tossed thee here ashore,
Desolate yet all undaunted, on this desert land enchanted —
On this home by Horror haunted – tell me truly, I implore —
Is there – is there balm in Gilead? – tell me – tell me, I implore!"
Quoth the Raven "Nevermore."
"Prophet!" said I, "thing of evil! – prophet still, if bird or devil!
By that Heaven that bends above us – by that God we both adore —
Tell this soul with sorrow laden if, within the distant Aidenn,
It shall clasp a sainted maiden whom the angels name Lenore —
Clasp a rare and radiant maiden whom the angels name Lenore."
Quoth the Raven "Nevermore."
"Be that word our sign of parting, bird or fiend!" I shrieked, upstarting —
"Get thee back into the tempest and the Night's Plutonian shore!
Leave no black plume as a token of that lie thy soul hath spoken!
Leave my loneliness unbroken! – quit the bust above my door!
Take thy beak from out my heart, and take thy form from off my door!"
Quoth the Raven "Nevermore."
And the Raven, never flitting, still is sitting, still is sitting
On the pallid bust of Pallas just above my chamber door;
And his eyes have all the seeming of a demon's that is dreaming,
And the lamp-light o'er him streaming throws his shadow on the floor;
And my soul from out that shadow that lies floating on the floor
Shall be lifted – nevermore!
And each separate dying ember wrought its ghost upon the floor.
Eagerly I wished the morrow; – vainly I had sought to borrow
From my books surcease of sorrow – sorrow for the lost Lenore —
For the rare and radiant maiden whom the angels name Lenore —
Nameless here for evermore.
And the silken, sad, uncertain rustling of each purple curtain
Thrilled me – filled me with fantastic terrors never felt before;
So that now, to still the beating of my heart, I stood repeating
"'Tis some visiter entreating entrance at my chamber door —
Some late visiter entreating entrance at my chamber door; —
This it is and nothing more."
Presently my soul grew stronger; hesitating then no longer,
"Sir," said I, "or Madam, truly your forgiveness I implore;
But the fact is I was napping, and so gently you came rapping,
And so faintly you came tapping, tapping at my chamber door,
That I scarce was sure I heard you" – here I opened wide the door; ——
Darkness there and nothing more.
Deep into that darkness peering, long I stood there wondering, fearing,
Doubting, dreaming dreams no mortal ever dared to dream before;
But the silence was unbroken, and the stillness gave no token,
And the only word there spoken was the whispered word, "Lenore?"
This I whispered, and an echo murmured back the word, "Lenore!" —
Merely this and nothing more.
Back into the chamber turning, all my soul within me burning,
Soon again I heard a tapping somewhat louder than before.
"Surely," said I, "surely that is something at my window lattice;
Let me see, then, what thereat is, and this mystery explore —
Let my heart be still a moment and this mystery explore;—
'Tis the wind and nothing more!"
Open here I flung the shutter, when, with many a flirt and flutter,
In there stepped a stately Raven of the saintly days of yore;
Not the least obeisance made he; not a minute stopped or stayed he;
But, with mien of lord or lady, perched above my chamber door —
Perched upon a bust of Pallas just above my chamber door —
Perched, and sat, and nothing more.
Then this ebony bird beguiling my sad fancy into smiling,
By the grave and stern decorum of the countenance it wore,
"Though thy crest be shorn and shaven, thou," I said, "art sure no craven,
Ghastly grim and ancient Raven wandering from the Nightly shore —
Tell me what thy lordly name is on the Night's Plutonian shore!"
Quoth the Raven "Nevermore."
Much I marvelled this ungainly fowl to hear discourse so plainly,
Though its answer little meaning – little relevancy bore;
For we cannot help agreeing that no living human being
Ever yet was blessed with seeing bird above his chamber door —
Bird or beast upon the sculptured bust above his chamber door,
With such name as "Nevermore."
But the Raven, sitting lonely on the placid bust, spoke only
That one word, as if his soul in that one word he did outpour.
Nothing farther then he uttered – not a feather then he fluttered —
Till I scarcely more than muttered "Other friends have flown before —
On the morrow he will leave me, as my Hopes have flown before."
Then the bird said "Nevermore."
Startled at the stillness broken by reply so aptly spoken,
"Doubtless," said I, "what it utters is its only stock and store
Caught from some unhappy master whom unmerciful Disaster
Followed fast and followed faster till his songs one burden bore —
Till the dirges of his Hope that melancholy burden bore
Of 'Never – nevermore'."
But the Raven still beguiling my sad fancy into smiling,
Straight I wheeled a cushioned seat in front of bird, and bust and door;
Then, upon the velvet sinking, I betook myself to linking
Fancy unto fancy, thinking what this ominous bird of yore —
What this grim, ungainly, ghastly, gaunt, and ominous bird of yore
Meant in croaking "Nevermore."
This I sat engaged in guessing, but no syllable expressing
To the fowl whose fiery eyes now burned into my bosom's core;
This and more I sat divining, with my head at ease reclining
On the cushion's velvet lining that the lamp-light gloated o'er,
But whose velvet-violet lining with the lamp-light gloating o'er,
She shall press, ah, nevermore!
Then, methought, the air grew denser, perfumed from an unseen censer
Swung by seraphim whose foot-falls tinkled on the tufted floor.
"Wretch," I cried, "thy God hath lent thee – by these angels he hath sent thee
Respite – respite and nepenthe, from thy memories of Lenore;
Quaff, oh quaff this kind nepenthe and forget this lost Lenore!"
Quoth the Raven "Nevermore."
"Prophet!" said I, "thing of evil! – prophet still, if bird or devil! —
Whether Tempter sent, or whether tempest tossed thee here ashore,
Desolate yet all undaunted, on this desert land enchanted —
On this home by Horror haunted – tell me truly, I implore —
Is there – is there balm in Gilead? – tell me – tell me, I implore!"
Quoth the Raven "Nevermore."
"Prophet!" said I, "thing of evil! – prophet still, if bird or devil!
By that Heaven that bends above us – by that God we both adore —
Tell this soul with sorrow laden if, within the distant Aidenn,
It shall clasp a sainted maiden whom the angels name Lenore —
Clasp a rare and radiant maiden whom the angels name Lenore."
Quoth the Raven "Nevermore."
"Be that word our sign of parting, bird or fiend!" I shrieked, upstarting —
"Get thee back into the tempest and the Night's Plutonian shore!
Leave no black plume as a token of that lie thy soul hath spoken!
Leave my loneliness unbroken! – quit the bust above my door!
Take thy beak from out my heart, and take thy form from off my door!"
Quoth the Raven "Nevermore."
And the Raven, never flitting, still is sitting, still is sitting
On the pallid bust of Pallas just above my chamber door;
And his eyes have all the seeming of a demon's that is dreaming,
And the lamp-light o'er him streaming throws his shadow on the floor;
And my soul from out that shadow that lies floating on the floor
Shall be lifted – nevermore!
—Edgar Allan Poe
Aventuras de un muerto
No podré deciros con certidumbre cuánto tiempo permanecí sumergido en aquel mar de silencio y tinieblas; sólo se que de repente el espacio se iluminó para mi con vívisimos fulgores, y empecé á percibir extrañas armonías, tan dulces como el recuerdo de las horas felices. Aun cuando no podía verme á mi mismo, veía ya cuanto me rodeaba. ¿que era yo? ¿donde estaba? ¿como vivía hallabame encerrado en un forma concreta, recogido en un punto dado del espacio, o esparcido como el aire de la atmósfera? . Pronto el grandioso espectáculo que se ofreció a mi vista inmaterial, me hizo comprender que me hallaba entre las almas de los que han sido, y libre de la cárcel de arcilla donde había estado cautivo durante mi breve pero dolorosa peregrinación por el mundo.
- ¿Y que viste entonces?
- ¿Qué vi entonces? !AH¡ vi lo que la mente es apenas capaz de concebir; un mundo etéreo poblado de espíritus dotados de lucida transparencia, que vagaban por la bóveda infinita envueltos en el manto de las nubes, en la bruma del mar y en la neblina de las horas crepusculares. Mi alma estaba embebecida en la contemplación de este inmenso numero de espíritus tan inmenso como el de las criaturas que de generación de generación han cruzado la tierra; allí estaban las doncellas que habían muerto sin recibir el ósculo del amor, puras y brillantes como la llama que circunda el trono del Eterno; allí los mártires dolientes todavía como un gemido; allí los venturosos, allí los desgraciados.
!Desventurados de aquellos que no creen¡ Mil veces desventurados los que en el soplo del aura que juega con sus cabellos, en el primer rayo de sol que entrara a despertarlos en su lecho, en las blandas melodías que hieren de improviso sus oídos y en los presentimientos de su corazón nada ven, ni oyen, ni entienden; porque en el murmullo del aura, y en el rayo del sol, y en los indecisos rumores de la naturaleza, se les acercan y hablan los espíritus emancipados de la vida terrena, los seres amaron, la humanidad que ha muerto! ¿ Quien no ha creído percibir alguna vez en sus noches de insomnio algo parecido a un rápido giro de sombras que pasan, de besos que estallan, de suspiros que se pierden en el silencio y de místicas voces que parecen descender de la alto o venir de muy lejos? No; la existencia no acaba en la lobreguez de la fosa; hay un allá mas consolador, una esfera ultramundana desde la cual los que han sido velan por los que son, tranquilizándolos en sus aflicciones, enjugando sus lagrimas y cicatrizando sus heridas con el celeste bálsamo del olvido. No lloréis los que hayáis perdido a vuestra madre, a vuestra amante o a un amigo, por que durante las noches sus apacibles almas vendrán a halagaros en forma de sueño; porque la sombra que pasa, el suspiro que os conmueve y la voz que adormece, son suyos, son recuerdos que os consagran, son sus palabras, son sus caricias.
Gaspar Nuñez De Arce, fragmento de "Aventuras de un Muerto" 1857
- ¿Y que viste entonces?
- ¿Qué vi entonces? !AH¡ vi lo que la mente es apenas capaz de concebir; un mundo etéreo poblado de espíritus dotados de lucida transparencia, que vagaban por la bóveda infinita envueltos en el manto de las nubes, en la bruma del mar y en la neblina de las horas crepusculares. Mi alma estaba embebecida en la contemplación de este inmenso numero de espíritus tan inmenso como el de las criaturas que de generación de generación han cruzado la tierra; allí estaban las doncellas que habían muerto sin recibir el ósculo del amor, puras y brillantes como la llama que circunda el trono del Eterno; allí los mártires dolientes todavía como un gemido; allí los venturosos, allí los desgraciados.
!Desventurados de aquellos que no creen¡ Mil veces desventurados los que en el soplo del aura que juega con sus cabellos, en el primer rayo de sol que entrara a despertarlos en su lecho, en las blandas melodías que hieren de improviso sus oídos y en los presentimientos de su corazón nada ven, ni oyen, ni entienden; porque en el murmullo del aura, y en el rayo del sol, y en los indecisos rumores de la naturaleza, se les acercan y hablan los espíritus emancipados de la vida terrena, los seres amaron, la humanidad que ha muerto! ¿ Quien no ha creído percibir alguna vez en sus noches de insomnio algo parecido a un rápido giro de sombras que pasan, de besos que estallan, de suspiros que se pierden en el silencio y de místicas voces que parecen descender de la alto o venir de muy lejos? No; la existencia no acaba en la lobreguez de la fosa; hay un allá mas consolador, una esfera ultramundana desde la cual los que han sido velan por los que son, tranquilizándolos en sus aflicciones, enjugando sus lagrimas y cicatrizando sus heridas con el celeste bálsamo del olvido. No lloréis los que hayáis perdido a vuestra madre, a vuestra amante o a un amigo, por que durante las noches sus apacibles almas vendrán a halagaros en forma de sueño; porque la sombra que pasa, el suspiro que os conmueve y la voz que adormece, son suyos, son recuerdos que os consagran, son sus palabras, son sus caricias.
Gaspar Nuñez De Arce, fragmento de "Aventuras de un Muerto" 1857
jueves, 25 de abril de 2013
SABER VIVIR ES NO ESTAR SOLO. Hace muchísimos años, un joven recién casado estaba sentado en un sofá en un día caluroso y húmedo, bebiendo jugo helado, durante una visita a su padre.
Mientras conversaba sobre la vida, el matrimonio, las responsabilidades y las obligaciones de las personas adultas, el padre revolvía pensativamente los cubos de hielo de su vaso y lanzó una mirada clara y sobria hacia su hijo.
"Nunca olvides a tus amigos", le aconsejó, "serán más importantes en la medida en que vayas envejeciendo".
"Independientemente de cuanto ames a tu familia y los hijos que por ventura vayas a tener, tú siempre necesitarás de amigos. Recuerda ocasionalmente salir con ellos, realiza actividades con ellos, telefonéales."
"¡Que extraño consejo!", pensó el joven. "Acabo de ingresar al mundo de los casados, soy adulto y con seguridad, mi esposa y la familia que iniciaremos serán todo lo que necesito para dar sentido a mi vida".
Con todo, él obedeció a su papá; mantuvo contacto con sus amigos y anualmente aumentaba el número de ellos. Con el pasar de los años, él fue comprendiendo que su padre sabía de lo que hablaba.
En la medida en que el tiempo y la naturaleza realizan sus designios y misterios en un hombre, los amigos resultaron baluartes de su vida.
Pasados los 50 años de vida, he aquí lo que aprendió:
El tiempo pasa.
La vida continúa.
La distancia separa.
Los niños crecen.
Los hijos dejan de ser niños y se independizan. Y a los padres se les parte el corazón, pero los hijos se van separando de los padres.
Los empleos van y vienen.
Las ilusiones, los deseos, la atracción , el sexo, se debilitan.
Las personas no hacen lo que deberían hacer.
El corazón se rompe.
Los abuelos y padres mueren.
Los colegas olvidan los favores.
Las carreras terminan.
"Nunca olvides a tus amigos", le aconsejó, "serán más importantes en la medida en que vayas envejeciendo".
"Independientemente de cuanto ames a tu familia y los hijos que por ventura vayas a tener, tú siempre necesitarás de amigos. Recuerda ocasionalmente salir con ellos, realiza actividades con ellos, telefonéales."
"¡Que extraño consejo!", pensó el joven. "Acabo de ingresar al mundo de los casados, soy adulto y con seguridad, mi esposa y la familia que iniciaremos serán todo lo que necesito para dar sentido a mi vida".
Con todo, él obedeció a su papá; mantuvo contacto con sus amigos y anualmente aumentaba el número de ellos. Con el pasar de los años, él fue comprendiendo que su padre sabía de lo que hablaba.
En la medida en que el tiempo y la naturaleza realizan sus designios y misterios en un hombre, los amigos resultaron baluartes de su vida.
Pasados los 50 años de vida, he aquí lo que aprendió:
El tiempo pasa.
La vida continúa.
La distancia separa.
Los niños crecen.
Los hijos dejan de ser niños y se independizan. Y a los padres se les parte el corazón, pero los hijos se van separando de los padres.
Los empleos van y vienen.
Las ilusiones, los deseos, la atracción , el sexo, se debilitan.
Las personas no hacen lo que deberían hacer.
El corazón se rompe.
Los abuelos y padres mueren.
Los colegas olvidan los favores.
Las carreras terminan.
Mas, los verdaderos amigos siempre están ahí, no importa a cuánto tiempo o a cuantos kilómetros se encuentren.
Un amigo nunca está más distante que el alcance de una necesidad, haciendo barra por ti, interviniendo a tu favor, esperándote con los brazos abiertos o bendiciendo tu vida.
Cuando iniciamos esta aventura llamada VIDA, no sabíamos de las increíbles alegrías o tristezas que estaban delante. No sabíamos cuánto necesitaríamos unos de otros. Ama a tu familia, a tus padres, cuida a tus hijos, a tus nietos, pero mantén un grupo de buenos amigos. Dialoga con ellos, discute y polemiza, pero no impongas tus criterios, aprende a aceptar otras opiniones.
Remite este texto a todos los AMIGOS que ayudan a dar sentido a tu vida. Yo ya lo hice…
Un amigo nunca está más distante que el alcance de una necesidad, haciendo barra por ti, interviniendo a tu favor, esperándote con los brazos abiertos o bendiciendo tu vida.
Cuando iniciamos esta aventura llamada VIDA, no sabíamos de las increíbles alegrías o tristezas que estaban delante. No sabíamos cuánto necesitaríamos unos de otros. Ama a tu familia, a tus padres, cuida a tus hijos, a tus nietos, pero mantén un grupo de buenos amigos. Dialoga con ellos, discute y polemiza, pero no impongas tus criterios, aprende a aceptar otras opiniones.
Remite este texto a todos los AMIGOS que ayudan a dar sentido a tu vida. Yo ya lo hice…
Los mejores de la raza.
No hay nada que
discutir
no hay nada que
recordar
no hay nada que
olvidar
es triste
y
no es
triste
parece que la
cosa mas
sensata
que una persona puede
hacer
es
estar sentada
con una copa en la
mano
mientras las paredes
blanden
sonrisas de
despedida
uno pasa a traves de
todo
ello
con una cierta
cantidad de
eficiencia y
valentia
entonces
se va
algunos aceptan
la posibilidad de
Dios
para ayudarles
en su
paso
otros
lo aceptan
como es
y por estos
bebo
esta noche.
Charles Bukowski
Charles Bukowski
Suscribirse a:
Entradas (Atom)