Oí decir; cambia tus viejas cosas,
tiempo es que busques nuevas emociones;
tira tu colección de mariposas,
tira tus libros de ilustraciones.
Lleva, con pintoresca maestría,
una existencia universalizada;
toma ese aspecto de gitanería
que tiene una ciudad embanderada.
Y oí decir de la ciudad de Creso,
y oí decir que el que la ve delira,
y oí decir que era verdad todo eso,
y oí decir que todo era mentira.
Que a sus muros, tras múltiples rigores,
se podría llegar tarde o temprano,
y partí del hogar de mis mayores
con mi linterna mágica en la mano.
Y estuve en la ciudad de las ciudades,
y gaste en ella toda mi fortuna,
para encontrar las mismas vanidades
y el mismo cielo con la misma luna.
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