lunes, 13 de mayo de 2013

La cabeza, el mandamas como decimos por estas tierras
era el abuelo - el viejo. un roble un señor inmortal,
siempre soñando, siempre en el aire,
siempre buscando lo que no conoce.

A su lado la abuela , la reina de todos los ojos,
con su mirada era quien tomaba las decisiones,
tenia el poder y lo manejaba como una seda.

- en mi memoria quedan dos pequeños

Entre cielo y infierno, lo mismo ángel que demonio,
las dos caras de una moneda que solo existe en el
mundo de la imaginación, la dulce seducción de lo
prohibido de lo amado y de lo oscuro.

y ella, una amazona mítica, libre y feliz
con los pies volátiles, con la mirada
penetrante, con la cabellera llena de
cardumenes de peces y con el rostro
marcado por el reflejo del sol.




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